miércoles, 30 de septiembre de 2009

Entre Moraira y Berlín


Cuando te gusta el arte, eres capaz de parar el coche y buscar esa galería que viste de pasada en otra ocasión. Guiada por el color y las formas redondas, no podía salir de Moraira, en Alicante, sin buscar ese local. Lo encontré. ¿La galería? Isabel Bilbao. ¿Autor? Antonio Abellán. Después, indagas y descubres que los responsables del local se mueven entre Berlín y Moraira, algo coherente con la relación habitual entre Alemania y la Costa Blanca. En ese momento confirmas que las grandes ciudades no son los únicos lugares donde puedes descubrir a un artista.
La obra de Abellán (Cartagena, Murcia, 1964) parte de los años ochenta, poco después de licenciarse en Bellas Artes en Valencia. Desde entonces, apuesta por el arte figurativo, las mujeres con curvas, la picaresca, lo excesivo y los asuntos de la vida cotidiana. El experto en arte Lionelo Capacane define así a los personajes de Abellán en la página web del artista.
“Criaturas arrabaleras, orilladas, tan del gusto del autor, que, contemplados con ternura por éste, nunca llegan a parecer grotescos, y que parecen fluctuar entre un robusto pesimismo y una cierta ingenuidad poética. Seres que no habrían desmerecido en una canción de Paolo Conte o Gardel o de los bocetos de las películas del primer Fellini”.

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