Aunque se salga del negociado habitual de este blog sobre arte y fotografía, no me resisto a escribir sobre esta obra que rebosa belleza y creatividad. Se trata de Carmina Burana, la conocida cantata escénica, que se representó los pasados 29 y 30 de mayo en Madrid bajo la batuta del británico Rumon Gamba y un coro formado por más 400 voces de personas anónimas.
El espectáculo se convirtió en un canto popular a la primavera. Las alusiones constantes de las letras a la juventud, a la belleza de los cuerpos, al amor y a las flores llenaron de vitalidad el Auditorio Nacional de Música de Madrid durante algo más de una hora.
¡Oh, Fortuna, /como la luna, /de condición variable, siempre creces / o decreces! / La detestable vida / primero embota / y después estimula, / como juego, la agudeza de la mente. / La pobreza y / el poder / los disuelve como el hielo.
(Para mi amiga Gabriela, que lo ilumina todo con su voz y sus palabras).